Esta nueva entrada la dedico
al voluntariado, especialmente a los enfermos con los que trato. Porque cuando
pensé en llevar a cabo un voluntariado, lo primero que se me vino a la cabeza
como a la mayoría de la gente era que quería trabajar con niños, llenos de
ilusión y ganas de vivir. Cuando fui al hospital, me encontré con una enorme
lista de espera para entrar de voluntaria con los niños, así que decidí
amoldarme al voluntariado que más ayuda necesitaba, neurología. Los niños, al
fin y al cabo, tienen a alguien que los cuida. Siempre tienen el apoyo y cariño
de su familia. Me advirtieron de que iba a ser duro, pero ¿Por qué no
intentarlo? Se trataba de marcarme un nuevo reto. El primer día fui con miedos e inseguridades,
¿sabría trabajar lo que ellos necesitaban?
Doy gracias a las personas que me hicieron
darme cuenta de que mi elección de carrera había sido la acertada, a los
enfermos neuronales que me han permitido comenzar un voluntariado. Ellos,
personas que de un día para otro por culpa de ictus,alzheimer, infartos… su vida les ha
cambiado. Que pasan de ser adultos a pensar como niños de la noche a la mañana.
A quienes voy a ayudar, enseñar y regalarle mi compañía todas las semanas y
quienes responden muy agradecidos. Porque pensaba que en el voluntariado yo era
la “maestra” y resulta que ellos son los que más enseñan. Personas que tienen
muchas ganas de volver a ser como antes, de recuperar el habla, el movimiento
en toda y cada una de sus extremidades…de volver a empezar de cero. Porque
gracias a ellos salgo con una sonrisa de oreja a oreja del hospital, con ganas
de volverlos a ver y trabajar con ellos.
Lo más gratificante de todo
es ver como mejoran día a día. Ver cómo los familiares ofrecen su apoyo y ayuda
a pesar del cansancio que experimentan.
¿Voluntariado? Suena a
sacrificio y pérdida de tiempo. Pero cuando comienzas, es algo que engancha. Mi
recomendación es que todo el mundo debería estar en un voluntariado en algún
momento de su vida, algo que no conlleva necesariamente demasiado tiempo y una
experiencia muy bonita, satisfactoria y recomendable para crecer como persona.